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Ángeles Goyanes |
Hoy la escritora Ángeles Goyanes, autora de Inocencia (reseña aquí) y El libro de magia, mi primer amor y los perros asesinos (reseña aquí), entre otras, comparte con nosotros su punto de vista
sobre la autopublicación y la publicación tradicional, y nos da a conocer su
interesante obra, además de contarnos otras cosas muy interesantes que no
debéis perderos.
¿Cuándo empezó tu afición por
la escritura?
Cuando tenía seis años, leyendo los libros que estaban a mi alcance en
la librería de mis padres, me dije que aquello podía hacerlo yo y que algún día
lo haría. Pero nunca tuve prisa, y sabía que tenía que formarme mucho y en
muchas materias antes de poder decir algo interesante.
Antes de publicar tus obras
online, ¿intentaste publicarlas en papel?
Cuando terminé La concubina del
diablo, mi primera novela, la envié a las pocas editoriales (pocas en
España) que, por entonces, (1998) publicaban terror o fantasía del tipo al que
pertenecía mi libro. Casi todas ellas se tomaron la molestia de responderme
personalizadamente, pues les había gustado, y llegué a hablar con dos de ellas,
muy conocidas. Sin embargo, consideraban un riesgo el hecho de publicar una novela
gótica (para mi sorpresa, así la calificaban todos), de bastante extensión,
debido a las pobres ventas del sector en aquel momento, y después de pensárselo
bastante, ahí quedó la cosa. Insistí con otras editoriales de menor “abolengo”
hasta conseguir verla publicada en 2001.
En 2009, publiqué El maestro
envenenador, también con una editorial tradicional. En esta ocasión apenas
tardé tiempo en obtener respuestas y en decidirme por una editorial (una
editorial importante insistía en que eliminase una línea argumental y que
cambiase la profundidad psicológica de mi personaje por la de un simple asesino
en serie, y no me parecía adecuado).
No me arrepiento de estas publicaciones tradicionales: en ese momento
eran la única opción y me dieron la oportunidad de ver mis libros en los
escaparates de las librerías que visitaba en mi infancia (con mi madre
cayéndosele la baba a mi lado), de asistir a firmas y dar entrevistas, de hacer
amigos interesantes, y de sentirme chula y ufana por ser una escritora
publicada. Pero ahora sí hay otra opción, y cuando termino un libro, jamás se
me pasa por la cabeza ofrecerlo a una editorial, ni siquiera aunque, hoy en día,
tengo amigos editores.
Cuando recuperé los derechos de La
concubina del diablo, Amazon acababa de abrir a la lengua española su
plataforma de autopublicación, e inmediatamente quise probarla, siendo la
primera persona en publicar con ellos (una novela contemporánea, sí había
libros clásicos). La experiencia fue sensacional; en pocos meses había vendido
más de lo que la editorial declaró haber vendido en años. Alcanzaba recónditos
rincones del planeta sin que por ello los lectores se viesen penalizados con
costes extras o demoras. Tenía la cálida e increíble gratificación de sus
emails. Obtenía, vendiendo a un precio de 3.99, la misma ganancia que hubiese
conseguido con mis libros de tapa dura de más de 24 euros (y con pagos
mensuales y puntuales, sin necesidad de recurrir a abogados para hacer valer
mis derechos). Todo era sencillo y todo estaba en mi mano, única y
exclusivamente. A renglón seguido publiqué El
maestro envenenador, tan pronto me liberé del contrato, y todo cuanto he
ido escribiendo después.
¿Qué ventajas tiene la
publicación online respecto a la publicación en papel?
Las quejas de los autores (y me refiero tanto a principiantes como a
escritores de renombre internacional) respecto a las editoriales son numerosas
y flagrantes: básicamente el incumplimiento de una o de cada una de las
cláusulas del contrato. Ausencia absoluta de marketing y promoción (salvo lo
que les sale gratis, como las firmas, y a veces los autores se pagan los
traslados y demás gastos); fallos de toda índole en la edición, incluyendo
faltas ortográficas y gramaticales que no existían en el original; no
presentación de informes sobre ejemplares vendidos; falta de pago de las
liquidaciones; y hasta, por imposible que parezca, distribución deficiente...
En mi opinión, una editorial que no gasta dinero en promoción es una
editorial inútil, y casi ninguna lo hace. Las poquísimas que la llevan a cabo,
lo hacen solo con autores escogidos. Generalmente no por sus méritos
literarios, sino porque el camino esté medio recorrido debido a que el autor es
periodista, sale en tal programa, es polémico, controvertido etc. Las
editoriales no arriesgan, invierten solo lo que saben que van a recuperar; no
son mecenas, son empresas. En su mayoría, publican los ejemplares que van a
venderse durante el corto periodo de tiempo que estarán expuestos en las mesas
de las novedades. Pero una empresa que no arriesga, no innova y tiene
descontento a quien fabrica su materia prima, no es capaz de resistir cuando
surge un cambio en el mercado tan importante como la publicación digital, por
más que intenten luchar contra ella, gravándola con precios tan altos como si
fuesen en papel (o más, si les dejan), y metiendo en una red, que pintaron de
brillante colores, a los autores noveles que estaban destacando en Amazon.es.
Entonces, si la editorial tradicional no arriesga en promoción,
teniendo en cuenta que todo el resto de servicios que ofrece al autor lo puede
conseguir este mediante un único y asequible pago (edición, cubiertas, lo que
haga falta) ¿por qué tengo que pagar por ellos año tras año hasta que termine
el contrato, pese a que la editorial ya haya amortizado esos gastos?
Por lo tanto, la ventaja número uno es que yo gano mucho más, durante
mucho más tiempo (la vida de mi libro es eterna, no de tres meses, como con
ellas). Además: nadie llena de erratas mi libro (creedme que esto es frecuente
aunque suene a ciencia ficción), y si descubro alguna, la corrijo en el acto.
No gasto en abogados para cobrar las liquidaciones. Si no me gusta la portada,
la cambio. Si quiero hacer promociones, bajo el precio. Si quiero traducir mi
libro, no dependo del permiso de alguien que, pese a haberme obligado a
otorgarle derechos sobre las ventas en otros países (y hasta sobre las posibles
películas que lleguen a filmarse), jamás llegará a traducirlo, o a venderlo en
otros países, ni siquiera en su lengua original.
Para mí, la mayoría de editoriales (obviamente, siempre ha habido y hay
excepciones) son garrapatas que han maltratado e incluso negado la publicación
a escritores que hoy consideramos clásicos, y que nos han exprimido a los
lectores a sus anchas porque no disponíamos de ninguna otra opción.
¿Se ha puesto en contacto
contigo alguna editorial tradicional raíz de haber publicado tus libros online?
Sí.
Vemos que también utilizas
CreateSpace, la plataforma de impresión bajo demanda de Amazon, ¿qué nos puedes
contar de tu experiencia con este servicio?
Todo lo dicho vale para ellos. La impresión es de excelente calidad, el
trámite muy sencillo y la distribución rápida y fabulosa. He hablado antes de
lo que se siente al ver tu libro en las librerías de tu niñez, pero ir, por
ejemplo, a San Francisco, entrar a Barnes and Noble y ver allí tu libro…
Figuraos.
En el momento en que su red de distribución se extienda al resto de
países los autores lo tendremos todo.
También has traducido parte
de tu obra al inglés, ¿cómo están funcionando tus novelas fuera de España? ¿Es
algo que merece la pena? ¿Cómo ha sido este proceso?
No me había planteado hacerlo pero inesperadamente me escribió una lectora
estadounidense contándome que estaba terminando un máster de traducción
literaria, y quería permiso para traducir algunos capítulos de La concubina del diablo para
presentarlos como proyecto de fin de curso, ya que era su libro favorito. Así
nos hicimos amigas y un tiempo después le pedí que lo tradujera completo, puesto
que me di cuenta de que estaba siendo comprado por muchos angloparlantes, aun siendo
en español. Después decidí traducir también Herencia
maldita, que en aquel momento era mi segundo libro más vendido.
Pese a que yo estoy encantada y planteándome la traducción a otros
idiomas, no es algo que me atreva a aconsejar a nadie, debido a la dificultad
de conseguir un retorno de la inversión. Como todos sabemos en Amazon.com hay
miles de libros gratis o a precios ridículos, bien escritos por autores angloparlantes
(adquirir una traducción es visto como un riesgo), y competir con eso es muy
difícil.
El libro de magia… a pesar de ser una novela
juvenil, el público adulto puede disfrutarla perfectamente. ¿Crees que la
etiqueta de “libro juvenil” va a desaparecer?
Bueno, hay personas como yo a quienes lo mismo se nos puede pillar
viendo un documental de astrofísica que el canal Disney. Para nosotros las
fronteras son difusas, pero también hay gente muy adulta y muy sesuda que
necesita tenerlas bien claras. Los libros juveniles actuales no tienen nada que
ver con (los poquísimos) que había “en mis tiempos”, que eran bastante más
infantiles y moralistas. Últimamente ha habido una eclosión de libros bien
escritos que cualquiera puede disfrutar, y me hace sentir maravillosamente
comprobar que los jóvenes leen hoy más que nunca (porque se les ofrece variedad
como nunca) y que Internet no solo no es un enemigo de la lectura, sino, muy al
contrario, un aliado que les motiva mucho más a ello gracias a blogs como el vuestro,
foros y demás lugares de encuentro.
En el pasado, publicamos una reseña sobre Inocencia, una
colección de relatos de terror que también nos gustó mucho, ¿tendremos otra
recopilación de relatos en el futuro?
Sí, eso espero. Me encanta escribir relatos y los lectores los acogen
muy bien. Inocencia lleva mucho tiempo siendo el libro en español más
descargado en Barnes and Noble, y eso me agrada mucho y habla a favor del
relato corto.
Hace apenas unos días terminé un relato que está en proceso de
traducción y que he escrito expresamente para dedicárselo a la maravillosa y superpoblaba
de fantasmas ciudad de San Agustín, Florida, en agradecimiento a la calurosa
acogida que me dispensaron, permitiéndome formar parte de las celebraciones del
V centenario del descubrimiento de Florida. Además acabo de publicar un pequeño
relato en la revista Baquiana de Miami (baquiana.com). Así que, no; no voy a
dejar de lado los relatos.
Has publicado novela
histórica, juvenil, misterio, terror… Pero ¿hay algún género con el que te
identifiques especialmente?
Me gusta mezclar los géneros; o, mejor dicho, me sale así. Mis dos
novelas de terror o fantasía están llenas de elementos históricos. La concubina del diablo hace un
recorrido de cientos de años por Europa y Los
hijos del ángel se basa en la loca exploración de lo paranormal de Hitler y
compañía. Así mismo, en El maestro
envenenador, novela histórica, hay elementos de terror.
¿Estás trabajando en alguna
obra nueva? De ser así, ¿podrías adelantarnos algo?
Estoy escribiendo una novela de ciencia ficción que plantea un mundo presente
en el que Neandertales y Sapiens convivimos. La causa de la extinción de los
Neandertales no está clara, o, al menos, las que se dan a mí no me satisfacen:
eran más robustos que nosotros y tenían cerebros incluso mayores. Convivimos
durante muchos años en las mismas zonas geográficas. ¿Por qué ellos se
extinguieron y nosotros no? Voy a dar mi propia explicación a eso.
Por último, ¿qué consejo les
darías a los escritores noveles que están pensando en autopublicar online?
En primer lugar, que se aseguren de que su libro merece ser publicado.
El hecho de que sea sencillo publicar no implica que sea sencillo vender, y obtener
malas críticas, además de un berrinche para el novato, implica, forjarse un mal
nombre para el futuro.
En segundo lugar, si tienen dudas porque necesitan el refrendo de una
editorial que les diga lo buenos que son para quedarse tranquilos y que todo el
mundo a su alrededor se lo crea (que eso de autopublicar les parece de
perdedores, vamos), les garantizo que no será en eso en lo que piensen cuando
vayan de camino al banco con su cheque mensual, cuando miren las estadísticas
de sus ventas (varias veces al día, al principio), ni cuando contesten los
emails de sus fans.
Podéis conocer más sobre Ángeles Goyanes y su obra en su
página web.